"Aulas que excluyen: racismo estructural y discriminación étnica en la educación

Peña Antonela 

"Una escuela que no celebra cada identidad es una escuela que silencia voces. La verdadera inclusión comienza cuando cada estudiante se ve reflejado en su aula."

 

En muchas partes del mundo, la escuela sigue siendo un espacio donde se reproducen las mismas desigualdades sociales que supuestamente busca erradicar. Una de las más profundas y normalizadas es la discriminación étnico-racial. Aunque se habla de inclusión y diversidad, el sistema educativo aún invisibiliza, margina y excluye a estudiantes indígenas, afrodescendientes y de otras minorías étnicas.

El racismo en la escuela no siempre se expresa en insultos directos, pero sí en silencios, omisiones y prejuicios. Se nota en los libros de texto que solo muestran una visión eurocéntrica de la historia, en la ausencia de referentes culturales diversos, y en actitudes docentes que, muchas veces sin querer, reproducen estereotipos o no valoran los saberes originarios.

Como decía Paulo Freire, una educación que no reconoce la cultura del otro se convierte en una forma de opresión. ¿Cómo puede sentirse parte de la escuela una niña indígena si nunca ve su idioma ni sus costumbres reflejadas en el aula? ¿Qué aprende un niño afrodescendiente sobre su valor si los únicos héroes o científicos que aparecen en clase son blancos?

Estas prácticas impactan directamente en la autoestima, la identidad y la permanencia escolar. La UNESCO ha advertido que estudiantes indígenas y afrodescendientes tienen más probabilidades de abandonar la escuela, no por falta de talento, sino porque el entorno escolar no los reconoce ni los incluye verdaderamente.

Sin embargo, también hay luchas activas. Movimientos sociales, docentes comprometidos y comunidades organizadas están trabajando por una educación intercultural, que reconozca y valore las lenguas, saberes y formas de vida de los pueblos originarios y afrodescendientes. Hay avances, pero todavía queda mucho por transformar.

El ODS 4 de la Agenda 2030 nos recuerda que no puede haber educación de calidad sin inclusión ni equidad. Y eso implica descolonizar la escuela: revisar el currículo, formar docentes en enfoques antirracistas, y abrir espacios donde todas las culturas sean reconocidas y respetadas.

Superar el racismo en la educación no es un tema “de minorías”. Es un paso necesario hacia una sociedad más justa, donde cada niña y cada niño pueda aprender sin tener que renunciar a su identidad.






Comentarios

  1. Un texto necesario que revela cómo el racismo escolar persiste en formas sutiles pero profundas, y que reivindica con firmeza una educación que reconozca, represente y celebre todas las identidades culturales. Lcda. Karina Fuentes

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Formación docente y calidad en América Latina

“Aprender desde la desigualdad: cuando el aula excluye más de lo que educa”